Relatos escritos por Esther Sanz Agradecería vuestra opinión aunque sea negativa

sábado, 4 de mayo de 2013

Competición en Monscolandia


En un mundo lejano, donde las estrellas casi se pueden tocar, la multitud se prepara para el que suele ser el evento más importante del año.
Una carrera donde cocodrilos y monstruos fabrican sus propios bólidos y se enfrentan por un gran premio.

_ ¿Un viaje a la tierra?- dice Leo entusiasmado mientras saborea un helado de fresa.

_Sí Leo, pero olvídate, no tienes ninguna oportunidad- le dice Rif, un monstruito con ojos alegres y una boca casi tan grande cómo su propio cuerpo.

_Rif, tengo la misma oportunidad que todos los participantes- dice Leo mirando a su hermano con ojos desafiantes.

Leo es un niño al que los padres de Rif adoptaron cuando tan solo era un bebe. Es valiente y sobre todo muy competitivo. Lo único que le asusta es la oscuridad, pero para la carrera no le afecta, porque la competición es durante el día.
Con decisión, Leo se dirige a la zona de inscripción y coloca la mano derecha en una placa de cristal.

_Aceptado- dice una voy chillona desde detrás del cristal.

Leo, después de darle a Rif un beso en la frente, se coloca una pulsera en la muñeca izquierda con un número de inscripción, el 4, y se dirige con paso firme al garaje donde su padre guardaba su mayor tesoro. Un coche de carreras que fabricaron juntos y del que Leo se sentía muy orgulloso.

_Voy a machacarlos a todos- dice Leo en voz alta mientras saca el bólido del garaje.

_Eso habrá que verlo- le contesta Ruf, un cocodrilo cascarrabias y malhumorado desde el otro lado de la calle.

_ Prepárate Ruf, y ni se te ocurra hacer trampas- le grita Leo mientras se dirige a la zona de carrera.

Los habitantes de Monscolandia esperan expectantes desde las gradas a que los participantes se coloquen en posición de salida. Ya colocados y calentando motores, se escucha un sonido gutural, un sonido que solo Clarisa, una cocodrilo soprano puede realizar y que indica  por fin la salida.

A inicio de la advertencia todos aceleran hasta el punto que cuatro de los siete participantes queman los motores de sus coches, quedando fuera de la carrera.

Leo, Ruf y Rino, un monstruo que apenas entraba en la cabina de su coche, aceleran a tope.

Leo, que va en cabeza, nota que algo le empuja por detrás. Es Ruf, haciendo trampas como siempre. Leo, nota que el motor le falla mientras que ve como Ruf y Rino le adelantan.
Inmediatamente, Leo pulsa un botón  colocado debajo del volante y aparecen unos motores turbopropulsores gigantes que hacen que el bólido se estabilice y coja velocidad, sobrepasándoles en cuestión de segundos.

Casi llegando a la meta, Leo vuelve a sentir un golpe seco, esta vez en el techo de su bólido. Es Rino, que ha perdido el control del coche gracias a Ruf. Ese cocodrilo cascarrabias acababa de ser descalificado por hacer trampas.
En ese mismo momento, Leo sobrepasa la meta con Rino en el techo.

_Papa, ¿quién ha ganado? ¿Quién a ganado?- pregunta Rif muy nervioso.

_Habrá que esperar que decide el jurado Rif.- le dice su padre dándole unos golpes suaves en la cabeza.

Tras esperar unos largos minutos, muestran en pantalla la parte donde sobrepasan la línea de meta, donde curiosamente parece que los dos bólidos están alineados, pero si te fijabas bien , solo uno era el ganador. Uno de los miembros del jurado se levanta con decisión de su cubículo y grita mirando a la multitud.

_Cocodrilos, monstruos, humanos. El ganador es: LEOOO

Leo emocionado se acerca al jurado para recibir el premio. Por fin iba a viajar a la tierra y conocería su mundo de origen. El mundo de donde el procedía, aunque su verdadera familia se encontraba en Monscololandia, pensó mientras les abrazaba con fuerza…

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